EL PATRIMONIO ESTÁ EN “CAPILLA”
- Patrimonio Negro
- 2 abr 2018
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Es fin de Semana Santo y la tradición dice que se debe recorrer 7 Iglesias para simbolizar el acompañamiento a Jesús antes de la crucifixión (o algo parecido). Mendoza como todos los años se prepara para este tradicional Circuito de las Siete Iglesias, pero ¡Un momento! Hasta el año pasado se promocionaba para visitar la Capilla del Convento del Buen Pastor, ubicada en calle Martín Zapata 374 de ciudad.
¡Por lo que vemos este año no! ¿Qué paso con este lugar?

Al parecer esta Capilla no se encuentra como interesante ni en el itinerario tradicional de Mendoza, ni en la gestión de Gobierno, tampoco en Patrimonio de la Provincia y mucho menos en el Arzobispado de Mendoza… Pero… ¿Por qué nuestro deseo de conocer esta Capilla? ¿Qué tiene la Capilla del Buen Pastor ubicada en la 6ta sección de la ciudad de Mendoza?
El Convento donde se encuentra la Capilla perteneció a la Orden del Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor. Las religiosas llegaron en el año 1886 y se instalaron en una casa donada por Eloy González, en la calle Córdoba. En 1915 se inició la construcción en el predio que ocupa actualmente, pero se recién se inauguró en 1933, con inmensa expectativa, ya que era una iglesia con gran ornamento y decorado “considerada como una exposición de arte del pintor Ramón Subirats, autor de los valiosos cuadros que la adornan” decían los diarios de 1933 (Diario “Los Andes”, 9 de diciembre de 1933). También toda la prensa local de la época elogiaba y se enorgullecía de las obras realizadas por este artista en Mendoza.
La finalidad de esta Orden era una pastoral social, se preocupaba de los marginados/marginadas, pobres extremos y presas/presos, con prioridad puesta en la mujer para su rehabilitación y reeducación, es decir, ocupándose de las “descarriadas” de la época. Entre las “descarriadas” podemos citar a la intelectual mendocina Angélica Mendoza, detenida en esa cárcel de mujeres. Esta exponente del pensamiento mendocino escribió su libro “Cárcel de Mujeres. Impresiones recogidas en el Asilo del Buen Pastor” como consecuencia de esta experiencia.
El arte de Ramón Subirats
Nació en España en 1891, estudió artes y obtuvo varios reconocimientos a su labor. En el año 1911-1912 se instala en nuestro país. Desde el arte abordó diferentes técnicas: óleo, pasteles, acuarela, carbón, además vitral y decoración. Realizó varias exposiciones en el país y también en países latinoamericanos. Realizó retratos de distintas personalidades de la política e intelectuales y personas de marcados rasgos indígenas.

Cuando en 1930 comenzó su trabajo en la capilla del Buen Pastor, ya era un artista reconocido a nivel nacional y latinoamericano. Realizó las pinturas, ornamentos de la cúpula, los cuadros murales y vitrales con motivos religiosos; tareas que le demandaron tres años de labor ininterrumpidas. Entre otras cosas también llevó adelante los objetos de diseño del Parque Aborigen y el arte religioso en el altar de San Antonio en la Basílica de San Francisco. Además ejecutó en San Juan, la decoración de la Casa de España, con motivos de la historia española (1924 a 1926).
El 11 de diciembre de 1933, cuando se inaugura la Capilla con las pinturas y decoraciones de Subirats todos los diarios de la época elogiaban su labor, exaltaban sus trabajos como “poeta de los carbones” (Diario “Los Andes”, Domingo 10 de diciembre de 1933), “Subirats llevaba un caudal de poesía en la cabeza. Y la poesía no es dinero. No se tiene para guardarla avaramente a las miradas ajenas (…)” (Diario “La Palabra”, 12 de diciembre de 1933).
En la actualidad, en el año 2015 encontramos nuevamente notas periodísticas hablando de este gran artista, con la preocupación de que Mendoza reconozca su gran labor artística.
“Reformatorio” femenino del Buen Pastor

La Congregación de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, surgió en Francia y se extendió por todo el mundo, con la misión de educar y rescatar a mujeres marginadas. Desde su instalación en Mendoza en 1886, hasta el momento de la inauguración del complejo en 1933, se jactaba de haber educado a 10.000 niñas. Las mujeres que se desviaban del “camino correcto” establecido por la sociedad de la época, eran encarceladas en el “reformatorio femenino del Buen Pastor”. Entre las prisioneras se encontraron prostitutas y militantes políticas. Conocemos a una de ellas a través de su libro que cuentas las experiencias en ese lugar, Angélica Mendoza.
¡Claro que era una descarriada en esa época! Era maestra, intelectual, periodista, sindicalista, militante política y hasta tuvo el tupé de ser candidata a presidenta en 1928, cuando las mujeres aún no tenían los derechos políticos de votar. ¡Y si! Las mujeres no podían votar pero las leyes nada decían de la representación. La moral de la época sólo designaba a la mujer su rol en la vida doméstica.
Otra de Poncio Pilatos…
En esta semana Santa no nos podemos olvidar de un actor crucial en la muerte de Cristo, que según nos cuenta la Biblia se lavó las manos antes de enviarlo a la muerte…
¿Qué pasa con los encargados de proteger el Patrimonio de los mendocinos y las mendocinas?
La Capilla es un bien patrimonial de la Ciudad de Mendoza, por ordenanza municipal Nº 3600/16771/04, aunque esta ordenanza protege únicamente la capilla y no al resto del Convento que hoy corre con la mala suerte de haber caído en la mirada de los grandes emprendedores inmobiliarios. Dicen por allí que la Capilla no será afectada por la obra, garantizando el cumplimiento de la normativa… pero nada se dice acerca de cómo será su inclusión en el nuevo proyecto inmobiliario ni sobre qué sucederá con el resto del complejo… Cabe aquí reflexionar sobre aquellos espacios que no tienen ningún tipo de declaratoria patrimonial y que están “desprotegidos” al parecer…

Pero… ¿Cuáles son los pasos a seguir? ¿Cuáles son los proyectos presentados para proteger a esta Capilla? ¿A quiénes paga el Estado para proteger estos bienes?
Hace poco menos de un mes el Equipo de Historia y preservación Patrimonial INCIHUSA-CONICET publicó en Diario Los Andes una excelente nota donde exponen un conjunto de razones por lo cual debe ser conservado este lugar.
¿Quizás los responsables no pudieron leerlo? ¿Quizás son los actuales Poncio Pilatos que se lavan las manos para mandar a la muerte el Patrimonio de Mendoza?
Sin embargo, hay intelectuales y partes de la comunidad mendocina muy preocupados por estos espacios patrimoniales que no son tenidos en cuenta ni incorporados para trabajar con seriedad en la detección, conservación y posible puesta en valor de los mismos.
Un buen negocio para las monjitas…
Hay una fuerte presión de los proyectos inmobiliarios en Mendoza. Entre ellos vemos el avance del Grupo Presidente, voraz en cuanto a la destrucción de los Bienes Patrimoniales para la construcción de centros comerciales, edificios, barrios privados, hotelería, etc. Esta compañía comandada por Groisman desarrolla este tipo de emprendimientos en Mendoza, obviamente sólo para los sectores privilegiados de la sociedad. En este caso Groisman ha comprado una parte y busca avanzar sobre la Iglesia y la casa.

Si volvemos a la década del ´30 y leemos los diarios nos encontramos con esto: en el diario “La Palabra” de 1933 se decía: “el primer aplauso y la primera felicitación para las religiosas del Buen Pastor, quienes dispusieron que su templo fuera engalanado de arte por el pincel de un artífice que vive, trabaja y sueña…y lucha en el ingrato y adverso ambiente mendocino”.
Al parecer en la actualidad a las religiosas no les interesa el arte, la historia ni la tradición de conservar los bienes sagrados, ni siquiera de sus iglesias. Algo similar ocurrió en la ciudad de Córdoba con el Convento de estas mismas religiosas que ha sido convertido, en 2007, en un Paseo comercial, desmantelando su estructura y modificando sustancialmente el paisaje cultural del sector. En este complejo cordobés al igual que en Mendoza funcionó una cárcel de mujeres a cargo de las monjas, pero también albergó un centro de detención de presas políticas desde poco antes de la Dictadura Militar iniciada en 1976. Un hecho sumamente trascendente para esa provincia sucedió el 24 de mayo de 1975, en plena intervención federal, cuando 26 presas políticas se fugaban de la cárcel, tras haber sido secuestradas, torturadas y violadas por las fuerzas represivas. Estos episodios, importantes pero poco conocidos, han quedado totalmente limitados a un cartel y unas pequeñas intervenciones artísticas dentro del paseo comercial; silenciando la historia del lugar y de la comunidad.
En coherencia con los lemas que sostiene la Iglesia ante problemáticas actuales, defendiendo la “vida” (en contra del aborto), pero sin problematizar sobre la vida de las mujeres pobres que recurren a ese método y avalando de ese modo la terrible práctica del aborto clandestino; la venta de estos espacios, vinculados no sólo a las religiosas sino a las mujeres consideradas “despreciables” en el pasado, sigue invisibilizando la participación de las mujeres y sus luchas en la construcción de la sociedad mendocina. Una parte de la historia mendocina será acallada con la destrucción del Convento del Buen Pastor.
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