LA LIBERTAD “MANCHADA” DE ROBERTO ROSAS
- Patrimonio Negro
- 29 mar 2018
- 5 Min. de lectura

Comienza el otoño y Mendoza se viste de tonos dorados, metálicos y rojizos… Otoño es esa estación que ha inspirado a poetas, músicos, pintores y miles de traseúntes que circulan por sus calles y parques. Desde Patrimonio Negro hoy, con los colores del otoño, te invitamos a salir para que nos acompañes en un recorrido por el Parque Cívico de Mendoza. Este gran parque ubicado en la ciudad de Mendoza, alberga grandes edificios como el Auditorio “Angel Bustelo”, el Centro de Congresos y Exposiciones, la Enoteca, la Casa de Gobierno de la Provincia y la Municipalidad de Mendoza, entre otros. Además, desde la inauguración del Memorial de la Bandera de los Andes en agosto de 2012 se ha transformado en un centro del patrimonio cultural de los mendocinos. Pero algo está pasando en el Parque Cívico...Algo que debería indignarnos y que mancha la memoria de un gran artista como Roberto Rosas...Quizás puedas transportarte con nosotros a sus caminos y arboledas para observar cada uno de sus rincones…
Roberto Rosas y el arte.
Este gran artista mendocino falleció hace algunos años atrás, en julio de 2015 a los 77 años, dejando un extenso legado de obras y recuerdos que se hacen palpables en su casa - taller ubicado en El Bermejo, departamento de Guaymallén…En el mismo Guaymallén que lo vio nacer en 1938.
Con más mil obras de arte realizadas a lo largo de sus más de 50 años de carrera, formó parte de más de 130 exposiciones en Mendoza, Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Santa Fe, Mar de del Plata, además de otras realizadas en Ecuador, Brasil, España y Chile.
Si bien sus comienzos en el arte estuvieron ligado a la pintura (con la que hizo su primera muestra en 1961), desde 1970 la escultura se convierte en el centro de su actividad. Su técnica mejor desarrollada es la escultura en hierro fundido y patinado para darle color; su talla es expresionista y figurativa, muchas veces inspirada en el realismo mágico. Roberto Rosas no hacía arte sólo por la estética, sentía que la concepción del artista debía estar condicionada por la interpretación de su tiempo y por la sociedad en la que se desarrolla.

Los colores de Roberto Rosas.
De él decía Antonio De Benedetto en 1972:
“Con el hierro se marcó a los esclavos, se marca al ganado, y cuando el hombre se vuelve bárbaro, a los prisioneros. Roberto Rosas ejerce el oficio de sublimarlo, para que el hierro sirva al espíritu.
El hierro es gris, ligeramente azulado. Roberto Rosas lo entinta de oscuro y para él es todos los colores.
El hierro es dúctil, pero al martillo. Roberto Rosas maneja martillo, fragua y soplete: es un herrero mágico y el hierro obedece a sus prodigios.
El hierro candente es albo. El hierro, cuando Roberto Rosas representa a un niño, es blanco de toda blancura de ingenuidad y pureza.
El hierro es dulce, o así se llama, cuando se libra de toda impureza. Dulces son, de esa acepción despojada de todo lo impuro, los dulces hierros de Roberto Rosas.

El hierro fue y es punta de flecha, venablo, carga de veneno y de muerte. El hierro de Roberto Rosas cuenta la vida, y es lástima que la vida sea tan dolorosa y triste, aunque derrame sobre ella, más que la pena, su compasión, y por belleza, redime el encanto.
Pero algo de flecha conservan, los hierros de Roberto Rosas pues de la flecha guarda la aptitud del impacto en un punto, la calibración afinada y la punta afilada que se llama ironía.
Todo cuanto existe puede ser entendido -iluminado tal vez- por lo contrario de lo que es. El hierro solo es mero metal neutro. El hierro de estas esculturas es una especie de humanidad figurada, que toma el cálido partido de un humanismo elemental que te acompaña y te abraza.
El hierro es tenaz. Roberto Rosas también. Déjenlo hacer y verán. (¡Y aunque no lo dejaran!).
Un niño gordo con su perro gordo. Un niño flaco con su perro flaco. A la niña graciosa y linda, sobre el vestido y sobre la carita le están naciendo espirales.
Cuando seamos hierro, le han dicho a Rosas sus esmerados dibujitos del boceto, no nos mandes todavía ni a las plazas ni a los patios. Déjanos en el mundo privado que tiene la gente. Seamos intimistas, Roberto.
Edad de hierro, Martín Fierro, Arte Ferroso. A cada uno lo suyo. Al arte Ferroso, la devoción y el talento de Roberto Rosas.
Pero su hierro fue al Parque... y se pintó de gris...
Ya conocemos al artista…volvamos a la visita al Parque. La “Libertad” se encuentra altiva, triunfante, alada…Pero, se ha opacado…Ha perdido los colores dorados, metalizados que tenía desde su creación. Los colores del otoño que brillaban en ella ahora están teñidos grises. Y esto no es una metáfora. Es la triste realidad…
ANTES

AHORA

La escultura del maestro Rosas, se encuentra totalmente cubierta por la más burda de las pinturas sintética, produciendo un daño inmenso tanto en su sentido y significación, como en la técnica escultórica de nuestro reconocido artista plástico. No hace falta ser especialista en arte para advertir el daño que se ha producido, al intervenir sin autorización expresa una obra artística, alterando su estética, su técnica y la visión que de ella tendrán los espectadores y visitantes. Falta de respeto al artista, al mundo de la cultura y al pueblo mendocino que confía su Patrimonio en manos de funcionarios que debieran conocer los procedimientos

y normas aplicables a cada caso. Las esculturas en espacios públicos deberían ser cuidadas y mantenidas por especialistas en la cuestión; sin subestimar el arte y a sus creadores; ni a la comunidad que interactúa con esas expresiones cotidianamente.
Estimamos que este “descuido” o “negligencia” no deja de ser parte de un sistema de omisiones y de medidas precipitadas- ante la emergencia del hecho político-, que pone en el ojo de la tormenta la acción o inacción en este caso de la Dirección de Patrimonio y de la Secretaría de Cultura. Situaciones como estas se suman a otras, cuyo principal eje en común es la obra pública iniciada desde inicios del año 2016. Plan de renovación urbana en la ciudad de Mendoza; arreglo y puesta en valor del parque General San Martín; trabajos de recuperación del ECA; la remodelación del centro Cívico de Mendoza. Todas obras de sumo interés debido
a su alto grado de significación histórica, patrimonial, cultural, botánica etc. y en las que la Dirección de Patrimonio ha tenido escasa participación como garante del cuidado de los bienes patrimoniales, dando intervención a su órgano consultivo de manera esporádica y a requerimiento de sus miembros. Sumando agravantes a la ya cuestionada actividad patrimonial es la función facilitadora del organismo, alineada a esta coyuntura y bonanza, edificadora indiscriminada de obras y su falta de previsión y de criterios solventes y congruentes con la necesidad de conservación y preservación de nuestro patrimonio y bienes culturales.

Exigimos una pronta respuesta y una gestión real entre la dirección y los entes de planificación junto a la debida intervención de sus órganos consultivos, cuya idoneidad e interdisciplinariedad y por ende imparc
ialidad en el tratamiento de temas relacionado al patrimonio, deben ser considerados rectores. Necesitamos saber quién dio la autorización.
Merecemos conocer quién decide sobre nuestro patrimonio cultural urbano.
Lamentablemente, aunque la obra sea recuperada e intervenida, ya cambió…Dejó de ser aquella de los colores pensada en la mente de un artista que le dio vida a través del hierro
REFERENCIAS DE IMAGENES
“La Libertad”, escultura en el Parque Cívico de Mendoza. Tomada de: www.welcomeargentina.com
Tomada de: www.ahicitonomas.com.ar
Roberto Rosas junto a una de sus obras. Tomada de Tres Líneas Clipping
Tomada de: www.sitioandino.com.ar
Fotografías de Patrimonio Negro.
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